top of page

16 días en Sri Lanka & Islas Maldivas

Niños visitando Pinnawala
Nine bridge
Safari en Yala
Galle
Lion´s Rock con Minu

Día 1: Llegada a Colombo (29/07/18)

Pincha en la palmera para descubrir...

...3 días en MALDIVAS

Llegada al aeropuerto de Colombo a las 9.55h con "QATAR AIRWAYS". Tras encontrarnos con nuestro conductor “Minu” (Contratado previamente a través de TRIPADVISOR) le comentamos un poco nuestro plan. Empezamos dando un paseo rápido por Galle Fort, aunque tampoco nos pareció nada del otro mundo ya que solo había puestos pequeños y turistas mirando agua sucia y casi estancada.

Tras eso nos dirigimos hacia Gangaramaya Buddhist Temple (pagamos 600 rupias pero podías visitar además el Seema Malaka Temple que había en el lago). Fueron nuestros primeros templos así que nos impresionaron bastante, pero tras unos días en este país pudimos comprobar que tampoco eran tan magníficos para el precio que se pagaba.

Después recorrimos Viharamahadevi park con una botellita de agua para soportar el calor y llegamos a Dutch hospital, un hospital antiguo reconvertido en centro comercial (solo hay restaurantes para comidas y cenas principalmente, además de alguna tienda para turistas). Le dijimos a Minu que lo que de verdad queríamos era conocer la esencia de la capital, así que nos llevó a Pettah; el barrio más típico de Colombo.  Pateándolo, llegamos a Jami ul-alfar Mosque, New Kathiresan Kovil y Kaileswaram. Los dos últimos son templos hindús con mucho color y repletos de figuras; muy típicos. Además, coincidió que pasaba una especie de procesión con un camión y una carroza en la que nos ofrecieron fruta y pudimos ver en primera línea la esencia de una de sus religiones, el budismo. Para ser sinceras, Colombo (como la mayoría de las ciudades grandes o capitales) no nos gustó especialmente, aunque todo tiene su encanto.
Con Minu, nos fuimos rumbo a Negombo donde teníamos el alojamiento para dormir. Como llegamos de noche, solo teníamos tiempo para cenar por 12 euros en Mean Road, la calle principal de esta ciudad.

Día 2: Negombo & Anuradhapura (30/07/18)

Madrugamos (6:30 a.m) ya que no teníamos mucho tiempo para hacer todo lo que nos habíamos planteado para el día de hoy. Estaba el desayuno incluido y nosotras lo aprovechamos. Sin el conductor, fuimos disfrutando de las calles de Negombo y el horario de entrada de los niños a los colegios. Después, llegamos al Mercado del Pescado y un guía espontaneo (que luego quiso la voluntad como era de esperar; 40rps) nos explicó todo el proceso del pescado desde su captura hasta su venta. El olor era desagradable pero fue muy interesante la explicación y el poder ver en primera linea todo ese proceso tan curioso. estuvimos allí unas dos horas y nos fuimos a cambiar dinero en el banco (cambio 1€=185rps). Quedamos con el "driver" a las 8:30h y pusimos rumbo a Anuradhapura para llegar allí al mediodía. Alquilamos unas bicicletas en el mismo alojamiento para todo el día y nos pusimos a pedalear para recorrer todos los rincones maravillosos de esta ciudad. Fue lo mejor que pudimos hacer ya que somos dos chicas que disfrutan con la naturaleza, el aire fresco y el deporte.

Nuestro recorrido en bici:

  • Isurumuniya: 400rps  

  • Sri Maja Bodhi: 400rps.

  • Brazen Palace + Ruvanvelisaya Vihara: 400rps

  • Mirisawetiya Vihara: 400 rps

  • Thuparama Vihara

  • Isurumuniya

  • Lovamahapaya. Jetavanaramaya. Thuparama. (Pagodas)

  • Kuttam Pokuna (Estilo de piscinas que tenían antiguamente)

No vimos Samadi Statue porque había que pagar 23€ y para ser sinceras, no teníamos ni tiempo ni ganas, ya que somos mucho más de naturaleza, paisajes y lugares recónditos que no son tan turísticos. Por eso, preferimos pasear con nuestras bicicletas viendo las pagodas desde la distancia. El paisaje es precioso, todo verde y con muchos mercados en las carreteras donde puedes comprar agua o fruta para refrescarte un poquito. Volvimos de noche con la bicicleta (anochecía sobre las 18:30h) y eso fue toda una experiencia; llevábamos la linterna del móvil para que nos viesen los coches y no nos saliésemos del arcén (es un poco peligroso la verdad); Fuimos demasiado "kamikazes". Cenamos en la Guest House y encontramos que los demás huéspedes eran españoles, así que una pequeña charleta y para la cama.

El día no nos podía haber ido mejor; disfrutamos de cada segundo en aquel lugar, la anfitriona del alojamiento inmejorable y dos hijos un encanto.

Anuradhapura

Anuradhapura

Fruto ceilandés

Fruto ceilandés

Con la chica de la Guest House

Con la chica de la Guest House

Desayuno típico

Desayuno típico

Anuradhapura

Anuradhapura

Isurumuniya

Isurumuniya

Mercado en Negombo

Mercado en Negombo

Mercado del pescado en Negombo

Mercado del pescado en Negombo

Día 3: Minthale, Polonnaruwa y Sigiriya (31/07/18)

Desayuno en la Guest House y rumbo a Mihintale (1000rps). Es una ciudad situada muy cerca de Anuradhapura e ir al punto de la mañana es la mejor opción porque no hay casi turismo y puedes disfrutar de las vistas solo para ti. Es la cuna del budismo en Sri Lanka porque se cree que es el lugar de una reunión entre el monje budista Mahinda y el rey Devanampiyatissa. Merece mucho la pena ya que puedes encontrar lo más típico de Sri Lanka en un mismo lugar: Buda blanco, dagoba con vistas y un ascenso a una roca en la que puedes divisar casi los 360º del paisaje. Esta roca se considera lugar obligatorio para los fieles, ya que desde allí se realiza la ofrenda; la subida es un poco complicada, sobre todo si os pega el viento en contra como fue nuestro caso. No suelo ser "miedica" pero en el momento en el que vi el tipo de escaleras (por llamarlo de alguna manera) y los “hierros” tan finos que había para sujetarse no estaba segura de si eso era una buena idea.

 

Mihintale:

Durante la subida a la colina hay diferentes ruinas, algunas merecen la pena pero otras no mucho. Como hemos mencionado anteriormente, no somos muy fans de tanta ruina. Algo que destacar de esta pequeña y antigua ciudad es que suele ser un lugar de peregrinación para los budistas, aunque hemos podido ver la adoración que tienen hacia Buda en cada templo de este país. Respetan mucho su religión e intentan que los turistas también lo hagan. También hay muchos monos por todos lados, así que cuidado con llevar comida en los bolsillos.

Tras bajar, Minu nos estaba esperando en un parking especial para los conductores, tuc tucs o autobuses de turistas. Nos dirigimos a Polonnaruwa con la intención de alquilar de nuevo bicicletas y recorrer el recinto cerrado con ellas. Llegamos a las 12:00h y regateamos el precio de la bici hasta que nos las dejaron por 300rps cada una, ya que habíamos pagado 500rps en Anuradhapura por todo el día y esto iban a ser pocas horas (o eso pensábamos…) La entrada (8000rps entre las dos) es bastante cara, pero como muchas cosas del triangulo de oro de Sri Lanka, es visita obligada una vez que estas en esa zona. No merece la pena perder tiempo visitando el museo, aunque si necesitas ir al servicio, puedes aprovechar para echar un vistazo ya que este está al final del museo. Te entregan un mapa pero es más de lo mismo, mucha ruina, alguna dagoba... así que nuestra recomendación es centrarse en los números 13, 20, 22 y 26, así como la parte derecha nada más entrar. Eso sí, el recorrido con la bicicleta lo disfrutas sí o sí.

A mitad del camino paramos para degustar uno de los enormes cocos (100rps) que tenían en los mercados; lo comimos al estilo de allí totalmente, nos dieron de cuchara una parte dura del mismo coco, las sillas eran un desastre y ¡lo cortaban con un cuchillo que parecía una catana! Muy simpáticos los vendedores.

En el número 22 hay 4 budas en diferentes formas tallados dentro de la misma roca. Es impresionante y la explicación que nos dio un ciudadano ceilandés también nos intereso mucho. El buda tumbado que está al final de la roca está en el nirvana; esto se puede saber por la posición de sus pies; estos están a diferente altura; si estuviese dormido estarían los dos dedos gordos a la misma altura. Es un dato curioso que después de estar viendo tanto buda nadie nos había explicado, así que GRACIAS buen hombre.

Aquí tuve la peor experiencia de todo el viaje. Primero por la impotencia que tenía y luego por la inutilidad de la gente que trabajaba en el lugar. Allá voy… Como en todos los templos o lugares sagrados, tenemos que quitarnos el calzado y taparnos los hombros y las piernas por debajo de las rodillas para poder entrar. Por eso y sin ningún miedo, dejamos en la entrada al templo las chancletas/ flip flops de las dos. Tras 10 minutos visitando estos 4 budas salimos a recoger nuestros zapatos. ¡No puede ser! Las chanclas de Jennifer seguían allí pero las mías habían desaparecido. Más de 1h discutiendo con la policía y los encargados del recinto que no sirvió de nada. Al final me dieron unas chancletas que quedaron cuando todo el mundo se había ido y de ese modo poder volver en bici a donde nos esperaba Minu. Unos incompetentes de mucho cuidado; la ley en este país es penosa, las obligaciones las llevan a rajatabla pero soluciones no ponen cuando ocurre algo.

 

Decepcionadas y cabreadas por el tiempo que habíamos perdido nos fuimos hacia Sigiriya alrededor de las 17:30h. Por el camino vimos elefantes en su hábitat y un precioso lago (Girithale lake) donde quería verse el atardecer (aunque ni mucho menos espectacular).
Llegamos a la Guest House y nos recibieron con dos zumos de sandía deliciosos (en ese momento nos dio igual que estuviesen hechos con agua de allí), la cama tenía mosquitera y eso nos alivió porque estábamos en medio del campo, a 3km del pueblo de Sigiriya. Conocimos también a dos chicas alemanas que iban a ir al día siguiente hacia las 4:00h de la madrugada a subir Pindurangala Rock para ver el amanecer desde allí. Como el tiempo estaba un poco pocho y tampoco teníamos mucho dinero para poder pagar la entrada decidimos no hacer esa excursión y subir a la roca ya entrada la mañana. Aun así es una buena opción si hace buen tiempo y no os importa madrugar.

Decidimos ir caminando al pueblo y cenar allí (no quisimos molestar a Minu porque al día siguiente tenía que conducir bastante); no pensábamos que el recorrido andando iba a ser tan arriesgado teniendo en cuenta que llevábamos una linterna y tan solo la luz del móvil. En fin, el camino una odisea, muchas zonas sin luz en las que se oyen muchos ruidos de animales y algo de tráfico. Al final, ¡llegamos al centro del pueblo! Cenamos muy a gusto en Ahinsa Restaurant & Guest House (Chiken fried rice + vegetables Kitty Rotti + Agua = 1950rps); son chiringuitos grandes de madera con muy buen ambiente nocturno.
A la vuelta conseguimos un tuc tuc por 100rps para realizar esos 3km; pero por el camino se detuvo para que viésemos un par de elefantes justo al lado de la carretera; ¡¡¡ENORMES!!! Había varios lugareños observándoles y todos coincidían en que era muy peligroso acercarse a ellos o incluso hacer algún tipo de ruido. Fue la primera vez desde que llegamos en la que estuvimos tan cerca de animales “salvajes”. Finalmente cuando llegamos a nuestro alojamiento le dimos 150rps al conductor del tuc tuc porque nos había esperado mientras contemplábamos tan maravillosa e inusual escena casi en el centro de la ciudad.

Día 4:  Sigiriya, Dambulla & Kandy (01/08/18)

Nos levantarnos a las 6:15h en busca de un sitio donde cambiar dinero y poder pagar las entradas del día que teníamos por delante.. Finalmente lo hicimos en un hotel cercano; pero nos cobraron el cambio a 1€= 175 rps (muy mal cambio, pero necesitábamos dinero para pagar el alojamiento y visitar ambas rocas de Sigiriya; Lions Rock and Pidurangala)
A las 7:00h desayunamos en JM Homestay (desayuno local) y para las 7:45h quedamos con Minu para ir a Lion´s Rock (9550rps/dos personas). Merece mucho la pena; es un paraíso y está bastante bien indicado todo desde la entrada hasta la parte más alta de la roca. No contratamos guía porque consideramos que no hace ninguna falta. Hay mucho turista y muchas veces es un poco agobiante mientras vas subiendo las escaleras tan empinadas; eso sí, las vistas son espectaculares. Se puede decir que tanto para Jennifer como para mí fue el atractivo del país que más disfrutamos (trekking, vistas, buen tiempo...)
En la bajada compramos un par de elefantes de adorno por los que nos pedían en un principio 2300rps; que acabamos regateando hasta 1300rps. 
Después nos desplazamos a Pid
urangala Rock (Tickets 1000rps). ¡INCREIBLE!; te adentras en las montañas para subir a la roca; es una experiencia muy chula pero hay que tener un poco de cuidado a la hora de subir; es más complicada que la primera que visitamos (naturaleza, rocas, calor y aire de vez en cuando). En medio del camino de subida montamos  una especie de torre de piedritas (las culturas budistas suelen amontonar rocas como una forma de representación del equilibrio interno), una por  cada amiga; quedó muy chula. Una vez arriba...Se te olvida todo. Fotos y más fotos. Además es increíble contemplar justo enfrente Lion´s Rock. Las fotos no representan la increíble imagen que disfrutas en primera persona ni la sensación de respirar aire puro en ese lugar tan especial.

 

Personalmente creo que solo con pasar una mañana como la que habíamos pasado merece la pena volar hasta la antigua Ceylan.


Entregamos parte del dinero en euros a nuestro driver (100€).
De Sigiriya fuimos rumbo a Dambulla. Allí sacamos tickets para visitar Rock Temple/ Cave Temple (5 templos en una cueva)  y el buda de oro (tickets: 3000 rps). De nuevo unas cuantas escaleras pero merece muchísimo la pena; tanto la construcción en la cueva como las estatuas y sobre todo las pinturas en el techo. Es "lo de todos días" pero tiene un encanto especial; fueron ocupadas en tiempos muy tempranos por ermitaños budistas como pasó en Minthale.


De camino al Buda de oro compramos mango 100rps. ¡Buenísimo!

Después todo muy rapidito, un par de fotos con el Buda de oro

donde justo delante hay un museo que de nuevo piden ticket

por entrar ...y nosotras no lo pagamos. A por agua fresca y rumbo

a Kandy. Por el camino Minu nos hizo parar en un jardín de las

especias, Old Village n.27; Ayubowan English Recipe. Estas son las

cosas que no nos han gustado de tener un conductor, te llevan

donde quieren y tienes que ser muy tajante aunque a veces se

molesten. Nos explicaron una serie de árboles, hierbas medicinales

y productos para vender....incluso hasta un masaje para aliviar

dolores. 
Pero, manteniendo nuestra palabra desde el inicio de la

explicación del jardín, no pagamos por ello absolutamente nada;

ni siquiera la voluntad ya que era un sitio al que nosotras no queríamos ir.

 
El alojamiento de Kandy lo habíamos cogido pensando en descansar un poco mejor que los días anteriores y con agua caliente; había ordenador e incluía desayuno continental, la habitación estaba muy bien equipada con todas facilidades y el personal fue majísimo. 
Cenamos en Domino's pizza ¡take away! por 2200rps porque era bastante tarde cuando llegamos. Aún nos dio tiempo de ir hasta el lago pero como no se veía nada y había muchos mosquitos para estar paseando volvimos pronto al hotel. Cenamos en los cojines de la sala de estar común en plan Chill Out. Una buena recomendación en Kandy es que el agua está más barata que en los lugares donde habíamos estado anteriormente (
Agua (x2)=140rps).


Esta misma noche decidimos que íbamos a pasar un día más en Kandy porque llevábamos mucho trote de coche y queríamos descansar y disfrutar de la estancia tranquila en una ciudad y de su gente; Casi siempre viajamos con algo planeado pero sin nada asegurado; nos sobraba un día y decidimos pasarlo aquí.  Buscamos alojamiento en el mismo hotel para pasar esa noche extra y no encontramos, incluso miramos para dormir en cápsulas que ofrecía el hotel... pero imposible, estaba todo lleno y el permanecer un día más en nuestra doble Deluxe nos suponía 55€ sin opción al descuento de 15€ de Booking. Por tanto; reservamos un hostal en el centro de la ciudad, a 1km de la estación (previsoras para el hecho de coger el tren la mañana siguiente) por el módico precio de 9 euros para las dos (sin desayuno).

Día 5:  Kandy + Pinnawala Elephant Orphanage (02/08/18)

Nos despertamos a las 6:30h y el desayuno continental estaba incluido en el precio de la habitación a partir de las 7:00h. Así que lo aprovechamos y a las 7:30h pusimos rumbo Bahirawakanda Buda, situado en una pequeña montaña en el centro de Kandy; según el GPS teníamos que andar 25 minutos de ida y otros 25 de vuelta. Pues bien, a nosotras nos costó ida 17min y vuelta 3min (corriendo a la bajada se goza) ¡hemos sido las primeras! Tenemos un paso bastante ligero. Nos encantaron las vistas desde aquel lugar aunque otra vez tuvimos que pagar una pequeña entrada (no lo recuerdo) y dejar propina para que nos guardasen los zapatos.
Después fuimos a la estación de tren para mirar horarios y tickets para el día siguiente que nos íbamos a "Nanu Oya". No nos los vendieron porque se cogen en el momento antes del viaje (o puedes reservar en 1ª clase con mucho tiempo de antelación por internet). Para  ir de vuelta al hotel decidimos pasear por las famosas vías del tren, ya que los locales van como si nada. En el paseo conocimos a un chico muy majo que vino con nosotras hablando hasta casi la puerta del hotel. Nos encantó ese paseo e hicimos fotos y más fotos para el recuerdo.


¡PROBLEMAAAAA! Memoria llena de mi móvil. Suerte que había una pequeña tiendita al lado del hotel y que justo ese día el hotel era el mejor de todo el viaje y tenían un ordenador para poner un USB. El personal del hotel nos hizo un gran favor pasando todas las fotos al pen drive mientras nosotras seguíamos con nuestro día.


A las 9:50h habíamos quedado con Minu para ir a Pinnawala Elephant Orphanage. En el camino Minu nos para a ver un museo de piedras preciosas de origen ceilandés (Zafiro azul es el más típico). Vemos el taller y el proceso de pulido, una peli sobre el proceso, máquinas antiguas...  No nos compramos nada porque nos sentaban muy mal este tipo de cosas, nosotras no habíamos planeado eso y casi no llegamos a ver a los elefantes bebés por ver las piedras. 
En Pinawalla (Tickets. 5000rps) no merece la pena pagar el ticket para disfrutar de ver a los elefantes en su entorno, ya que desde el río al parque suben por la calle delante de todos los públicos y bajan varias veces a lo largo del día. Los mejores momentos fueron verles en el río mientras les bañan. Dentro del parque se podía ver cómo les alimentaban y les daban leche a los bebés, con opción a darles fruta tú mismo (250rps). Y poco más porque el mejor momento es en el río; y es gratis. 
Ah! Hay una tienda en el camino en la que explicaban el proceso que sigue la caca del elefante hasta que la convierten en papel, libretas, tarjetas ... es muy interesante. Te lo explican en la calle y es gratis también. 

 

Rumbo a Kandy de nuevo (hora y media dos dependiendo del tráfico). El viaje es espectacular, verde, todo verde. Muy muy chulo. Una vez en Kandy buscamos el hostal donde íbamos a pasar la noche porque aún llevábamos las mochilas en el coche de Minu; la entrada literalmente acojona, hasta el punto de mirarnos y pensar:  ¡Aún hay opción de cambio! 
A ver, hay que hacerse a la idea de que es un hostal, en el centro y barato; pero no estaba mal del todo. El dueño era muy simpático y atento. Lo mejor era la ubicación, baños comunes limpios, habitaciones compartidas pero con literas en las que la parte de arriba sirve para dejar las mochilas. 
Tras "acomodarnos" vamos en busca de nuestro favor pedido está misma mañana en el Clock Inn Kandy (se quedaron nuestro USB para pasarnos las fotos) y efectivamente fue llegar, recoger el USB y dejarle al chico una propinilla por lo bien que se había portado. ¡Merecidísima!

Rechazamos la propuesta de Minu para ir a ver unos bailes típicos a las 17.30h. La verdad que nos hubiese encantado pero teníamos varias cosas pendientes  que hacer y lo primero era descansar disfrutando de nuestra soledad. Minu nos ayudó lo que pudo, pero nosotras somos más de ir por libre y el hecho de estar condicionadas por una persona ajena no nos mola nada. También es cierto que sin un chofer es muy difícil recorrer todo lo que hicimos en tan poco tiempo. De esta forma valoramos mucho más cuando nos dejó "por fin" a nuestro aire.


Fuimos justo al lado del hostal, al café 1886; un sitio en el centro pero muy diferente a las cafeterías que veníamos viendo días atrás. Estaba muy limpio, el baño impecable y el servicio de los camareros inmejorable. Nos sentamos en la terracita y disfrutamos de nuestro vegetable kottu, unas patatas fritas con ketchup y una Ginger beer recomendada por el camarero. Todo muy limpio y con mucho detalle, y lo más importante, muy barato. Las patatas solo costaban 150rps y el kottu 200rps. ¡Fue un acierto! Nos tomamos el descanso muy a pecho y fueron pasando las horas mientras hablábamos y hablábamos (como si no pasásemos tiempo juntas en nuestra vida diaria). Al final decidimos mover e ir la estación para volver a intentar coger el ticket de tren para el día siguiente y preguntar el horario del tren de "Nanu Oya" a "Ella" para organizar los días que nos quedaban. ¡¡¡Se ve que este era nuestro día de suerte!!! Llegamos a la estación viendo un atardecer anaranjado precioso y habiendo pasado por un mercado de fruta cercano con fruta y verdura muy apetecible; En la estación volvieron a negarnos la venta del primer tren de "Kandy" a "Nanu Oya", pero justo cuando nos íbamos nos llamó en vendedor para decirnos que había devuelto dos tickets para el día siguiente en 1ª clase. Nos costaron 2000rps pero no nos lo pensamos. Eso sí, lo primero era preguntar si desde 1ª clase se podían hacer esas fotos tan chulas en la puerta de este famoso tren. jajaja

 

Kandy es famosa por su repostería y como no, nosotras no podíamos ser menos, pero teníamos antojo de chocolate y en las bakeries no había, así que fuimos al supermercado del centro comercial y lo compramos, junto con galletas para el día siguiente. De paso, en el mismo centro comercial, cambiamos 50€ por 181rps/1€. El cambio sigue siendo malo pero no nos quedaba otra opción, siempre vamos cuando ya ha cerrado todo. Al final decidimos NO entrar al Templo del Diente de Buda (Sri Dalada Maligawa) porque estamos un poco saturadas de templos (cúbrete las piernas, los hombros, quítate los zapatos...). ¡¡¡Basta YA!! Somos la resistencia. Dando un paseo nos vamos al hostel para preparar el día siguiente. 

GOOD NIGHT. 
 

Día 6:  Tren de Kandy a Nuwara Eliya - Tierras Altas de Sri Lanka (03/08/18)

Este día era bastante importante para nosotras porque íbamos a montar en el tren tan esperado y maravilloso de Sri Lanka. A las 7:00h nos fuimos a desayunar en café 1886 (Magdalenas + café con leche =130rps/dos personas). De camino a la estación volvimos a coincidir con el chico de las vías del tren que habíamos encontrado el día anterior. ¡Qué casualidad! Ya en la estación, el tren llevaba un retraso 15 minutos. Finalmente, con nuestros súper billetes de primera clase montamos en el deseado tren de las plantaciones. Pudimos disfrutar de estar sentadas en la puerta del vagón con los pies colgando y respirando ese aire tan puro que te regala la naturaleza. Cascadas, zonas verdes todo el rato, plataneras y como no, plantaciones de té. ¡¡Increíble!! Desde luego es una experiencia que ningún viajero amante de la naturaleza se puede permitir el lujo de no vivirla. De echo, es muy difícil de describir con palabras esa sensación.

Es muy importante que se sepa que a la hora de comprar los billetes y bajarnos del tren, tenemos que hacerlo en NANU OYA. No en Nuwara Eliya.

 

Antes de lo previsto llegamos a Nanu Oya Railway Station (13:15h). Cogimos un bus a Nuwara Eliya por 60 rps (aunque en realidad dimos 70 pero nadie nos devolvió nada) jeje, cosas que pasan en estos países. Nos encontramos a una pareja de catalanes, Laura y Manolo. Menciono sus nombres porque van a ser muy importantes para nosotras en este viaje.

Tras rechazar 20 tuk tuks para que nos llevasen al hotel que estaba un poco retirado del centro... ("Mea Culpa"; me apetecía alojarme en uno de los cottage ingleses que se encuentran entre plantaciones de té). Para llevarnos nos pedían desde 400 rps hacia arriba; decidimos ir subiendo andando (en un principio eran 5km) porque nos encontramos motivadas para hacerlo. Cuando llevábamos 1km encontramos a Lalit; ¡Bendito Lalit! ¡¡¡¡Nuestra salvación!!!!
Nos acercaba al hotel por tan solo 200rps; como nos dio muy buena sensación quisimos pasar la tarde entera con él y pedirle por favor que nos llevase a todos los sitios que él, como local, conociera. 

Descansamos un poquito en el hotel y nos cambiamos de ropa; se notaba que habíamos llegado a las TIERRAS ALTAS del país. El clima era como el inglés (cielo gris, niebla y "chirimiri" que se dice en nuestra tierra), tampoco es que nosotras en navarra tengamos un clima súper caluroso...jeje

 

Nuestro recorrido con Lalit comenzaba visitando la fabrica de té

"Pedro's tea factory" (entrada 500 rps/2 personas). La explicación en inglés

fue malísima pero el mirador tomando una tacita de té de bienvenida lo 

disfrutamos mucho. Después fuimos a "Lover´s leap waterfall". nuestro guía

era lo más y nos metió hasta dentro de la cascada. Tocamos el agua y

pusimos nuestra mirada en la punta de la cascada que se divisaba a lo lejos.

Era ya casi de noche y fuimos a ver el "Post Office" que se encuentra en un

edificio de estructura y decoración inglesa; aprovechamos para mandar desde allí

una postal a una de las amigas de la cuadrilla que cumplía años en los próximos

días. No habíamos comido y estábamos muertas de hambre, así que quedamos

con Lalit en que nos dejase cenando y volviese a recogernos para dejarnos de

nuevo en el hotel. La cena la hicimos en "Gran India" porque era un

restaurante muy recomendado por los viajeros en cuanto a calidad/precio; 

tardaron una hora hasta que nos sirvieron la cena, aunque la comida estaba

muy rica y el ambiente era calmado. Volvimos al hotel para disfrutar de un

té y una ducha caliente (tan necesaria) antes de ir a dormir. Suerte que en

hotel había 2 nórdicos y no pasamos frío en toda la noche. Se podía oír cómo

soplaba el aire; teníamos la sensación de estar en pleno mes de enero en la alta

montaña. Charlita, mensajes a nuestras familias utilizando el Wifi y a la cama. Zzzzzz

Lover´s leap waterfall

Lover´s leap waterfall

Privilegios baratos

Privilegios baratos

Oficina de Correos de Nuwara Eliya

Oficina de Correos de Nuwara Eliya

Degustando el té local

Degustando el té local

Pedro´s tea factory

Pedro´s tea factory

Pedro´s tea factory

Vistas insuperables

Vistas insuperables

Nuestro transporte

Nuestro transporte

La mayor atracción turística en Sri Lanka (Kandy-Nanu Oya)

Olores y colores

Olores y colores

Día 7:  Nuwara Eliya y alrededores (04/08/18)

Habíamos comprado galletas para desayunar en la habitación porque habíamos visto que el desayuno del hotel consistía en té o café junto a una hervidora de agua en una mesita de la habitación y un par de tacitas. Así que, encima de la camica entre nórdicos hemos disfrutado de nuestro desayuno de diamantes. Nos guardaron las mochilas allí y quedamos a las 8:00h con Lalit, auqnue se ha retrasó un poco. Por eso, aprovechamos para dar un mini paseo bajo la niebla polar. A las 8:45h llegó nuestro tuk tuk y nos pusimos rumbo a "Ramboda waterfall". Sin palabras, espectacular; Después de subir bastantes escaleras al ritmo (rapidísimo) de nuestro guía, de nuevo nos metimos dentro de la cascada con su ayuda; el agua estaba bastante fresca pero no nos importó después de la sudada que llevábamos de subir hasta arriba; todo este esfuerzo mereció la pena totalmente porque fuimos parando por  ha parado varios sitios para echar fotos de las vistas. Lalit es fantástico, nos iba indicando los ángulos más bonitos y nos iba contando historias de lo que íbamos viendo. Nos llevó también a un mirador donde conocimos a una familia española a la que le estuvimos aconsejando porque practicamente acababan de llegar al país. Después, fuimos a la fábrica de té de  "Damrow tea factory" (Antigua mackwoods). Allí nos explicarón el proceso del té mejor que en la fabrica del día anterior; las instalaciones son nuevas y modernas; está muy preparado para el turismo. Ya que estábamos, nos compramos una cajita de té para traernos a España. De vuelta a Nuwara Eliya fuimos a cambiar dinero en una joyería (Lalithaa Jewellery) a 1€=183rps. Y cuando Lalit daba por hecho que volvíamos al hotel... Nosotras nos miramos con cara extrañada porque aún nos quedaba mucho por hacer. Es cierto que las distancias en tuk tuk son bastante largas, pero... solo íbamos a estar en aquel lugar una vez en la vida. Fue un pequeño contratiempo para él, ya que esperaba finalizar el día en ese momento.

 

Queríamos visitar Horton Plainsy Lalit había quedado con su mujer en llevar la compra a casa. Como buenas acompañantes fuimos con él a comprar varios alimentos y fruta; después los dejamos en su casa y sobre las 13:30h (y con unas pastas que nos hizo la mujer de Lalit para comer) pusimos rumbo a "Horton Plains". ¡A TODA PRISA! Teníamos una hora y pico de camino y la entrada a la reserva tenía que ser antes de las 15:00h, así que tocaba darnos prisa. Lalit se lo tomó muy en serio y metió chicha con el tuk tuk. Una vez en la reserva (entramos por las justas y teníamos que hacerlo rápido para salir antes de que cerrasen) Lalit nos acompañó a hacer la ruta y nos indicó muy bien el camino; fuimos muy ligeras, tanto que nos costó hacer 18km ni más ni menos que 2 horas. Las vistas al final del recorrido son magníficas; vimos una cascada muy chula (nada que ver con la anterior) y world's end; un pico impresionante desde el que se ve un acantilado "acojonante". A la vuelta Lalit se empezó a marear porque no había comido y nos asustamos un poquito; al llegar al comienzo le compramos comida y bebida para que cogiese fuerzas para el recorrido de vuelta. Nos llevó al hotel de vuelta donde dejamos las mochilas y luego a otro hotel para instalarnos. Era otro cottage rodeado de plantaciones y con una decoración muy chula. Ahí se acabó nuestra experiencia tan agradable con Lalit; lo despedimos con pena y le dimos 6000rps por todo el día; puede ser mucho, pero...¡se había portado genial!

Queríamos ir a cenar y el chico del hotel nos acompaño a un restaurante a 10 minutos del allí; era el típico restaurante perdido que te sorprende por el trato, la comida y sobre todo por el precio. Comimos muchísimo por solo 580rps. Totalmente recomendable. Tras eso, duchita y a dormir.
 

Día 8:  Nuwara Eliya -Ella (05/08/18)

Madrugamos a las 6:30h para ir a las plantaciones de té y perdernos entre sus preciosas hojas. cual fue nuestra sorpresa al correr las cortinas de la habitación... la niebla que había encima no dejaba ver absolutamente nada. Así que desayunamos dentro de la cama porque hacía un frío polar y nos fuimos andando hasta el centro de la ciudad con las mochilas para no tener que volver al hotel. Una de las cosas que nunca me acuerdo de meter en mi súper botiquín de viaje son los tampones y compresas (apuntado queda) por lo que tuvimos que perder un poco de tiempo mirando los horarios de apertura para poder comprar antes de nuestro viaje; fue un trabajo duro pero al final encontramos en uno de los puestitos de la estación de autobuses, eso sí, ¡hiper extra grandes! Una vez en la estación de autobuses cogimos el que nos llevaba a "Nanu Oya" (60rps) que salía a las 7:55h y a las 8:15 ya estábamos en la estación de "Nanu Oya". Como íbamos en 3ª clase tuvimos que estar vivas a la hora de entrar y coger sitio porque la gente mete hasta a los niños/as por las ventanas para que cojan sitio. No íbamos solas, justo nos habíamos encontrado otra vez en la estación con Laura y Manolo y queríamos coger sitio para ir los cuatro juntos. Fuimos avispados y lo conseguimos. Aquello parecía la guerra. Ambos pudimos estar sentados las 4 horas de trayecto. La última hora en el tren fue bastante agobiante y estresante; muchísimos locales se metían por cualquier recobeco sin dar opción a movimiento alguno por nuestra parte y si no eran ellos metían a los hijos entre nosotros y después ellos apoyados en cualquier parte de nuestro cuerpo (claro, éramos las privilegiadas que íbamos sentadas). Todos nos bajamos con la misma sensación. Para nosotros, mereció muchísimo más la pena las vistas de Kandy a Nuwara Eliya, aunque estas también eran espectaculares. Al llegar a "Ella" nos separamos de Laura y Manolo para ir en busca de nuestra tienda de campaña donde habíamos elegido dormir aquel día. Hay que decir que Ella es bastante diferente a lo que veníamos viendo días atrás; de nuevo hace calor, las terrazas de los bares y pubs están muy curradas en cuanto a decoración y tienen todas un estilo "Chill Out" muy cuidado. Lo que significa que es muy pero que muy turístico y que está plagado de europeos. 
 

Nosotras seguimos en nuestra búsqueda de alojamiento.Tras preguntar

en varias ocasiones, bajada y subida de una cuesta enorme  y con

mochila incluida....lo encontramos. La primera impresión tampoco fue

del todo mala, parecía un sitio agradable. Intentamos ir al baño pero

no había ni papel aún pidiéndole al dueño. Eso sí, mosquitos y bichitos

negros de todos los tamaños estaban cubriendo la taza al completo. 

Finalmente decidimos "pirarnos" de ahí y reservamos en una Guest

House a 100 metros de donde nos encontrábamos; en el mismo centro

de "Ella". 
Quedamos en cambiarnos de ropa e ir a "Little Adams peak" con

Laura y Manolo; tiene unas vistas impresionantes y hay mucha

tranquilidad arriba del todo. Nos costó un poco más de lo normal

porque a los 4 nos gusta mucho "rajar". Por el camino está el típico hombre con una serpiente tocándole para que baile (cuidado con entretenerse mucho y tener que pagarle). Después, cogiendo un sendero entre bosque, llegamos al "Nine arches Bridge"; Petadísimo de gente aunque aún pudimos conseguir alguna fotillo bonita y divertida. Paseamos un montón vías arriba y vías abajo entre una estampa única propia de una película.

A la vuelta, como somos así de aventureros, no quisimos volver por el mismo camino de ida así que tomamos otro y fue todo un acierto. Llegamos a una cabaña local un poco alejada del centro y degustamos una combinación de leche con woodapple bastante rica tranquilamente en una terraza muy apañada con maderos. La mujer era encantadora, nos explicó todos los productos naturales que ella vendía y nos presentó a sus maravillosos hijos; todo muy "Chill Out" a lo local.
Caminamos un trazo bastante largo hasta el pueblo y antes de llegar nos quedamos a cenar en el "Restaurante 360°" (
Pizza especial 360°, kottu de pescado, Rotti cheese Chicken y Donis ( una especie de rollito relleno de patata y verdura); súper rico rico. De vuelta a casita para descansar porque al día siguiente tocaba otra vez viajecito.
 

Día 9:  Safari en Yala-Mirissa (06/08/18)

Este día no madrugamos mucho porque lo único que teníamos que hacer era ir a Yala (trayecto de alrededor de tres horas) para hacer el Safari y salir hacia otro destino; sí, somos unas culo inquieto. Nos preparamos tranquilamente y fuimos a desayunar (sin mochilas) al mismo restaurante que el día anterior, el 360°, habíamos leído la carta a la noche y los desayunos tenían una pinta buenísima, eso si, no muy típico ceilandés. ¡¡¡¡El desayuno fue de ESPECTÁCULO!!!! Un desayuno continental compuesto por fruta fresca (piña, sandía y plátano), croissant y tostadas con mermelada y mantequilla, tres panckaes con nata fresas y plátano, dos cafés y agua. Un desayuno completito para empezar el día con energía.

Mientras Jennifer pagaba yo me fui a cambiar dinero al mismo sitio, pero esta vez me lo cambiaron por 185rps=1€, así que genial porque nos salía mejor el cambio (la diferencia no es mucho pero ayuda si vais en el plan que vamos nosotras; lo barato de lo barato). De camino a por las mochilas al hotel nos encontramos con Laura y Manolo que venían con su tuk tuk desde su alojamiento. Nos dimos cuenta de que íbamos hacia la misma dirección y decidimos compartir una furgoneta que encontramos por la calle principal (6500rps hasta el alojamiento de Manolo y Laura en Tissa). No habíamos nombrado Tissamaharama todavía porque el Safari se encuentra en Yala, pero hay que ir a Tissa ya que es el pueblo más cercano. 

El conductor era super enrollado y desde el principio hemos congeniado mucho; de camino nos ha parado en "Ravana Falls" para que la viésemos y de paso nos refrescásemos los pies un poquito; condujo fenomenal y el trayecto se nos hizo cortísimo. Le preguntamos si sabía de alguien que hiciese safaris (en ocasiones sirve de mucho preguntar a los locales) y nos llevó a un amigo suyo, Nalin - 940776441254 - 940775344081. Laura y AMnolo lo iban a hacer por la tarde porque así aprovechaban un poco más el día, pero al ser el precio tan razonable decidieron hacerlo también con nosotras; por el tour de 6 horas (13:00-19:00) pagamos 5000rps por persona yendo solo nosotros 4. Tras reservar todo el conductor nos llevó al hotel de nuestros amigos y allí hemos preguntado si podíamos dejar las mochilas durante el safari. El chico del "my Village" (un hotelito chulísimo con una decoración muy moderna y relajante) fue muy amable y no sólo nos permitió dejar las mochilas, sino que nos preparó un zumo de frutas, nos puso el ventilador y un poco de incienso para crear ambiente chill out-zen. Nos dio tiempo a charlar largo y tendido e incluso dar una vueltita por los alrededores y comprar algunas patatas y agua para aguantar las 6h de safari.

A la 13:30h vino nuetsro súper conductor por nosotras. A primera vista parecía que lo habían sacado de un after de música reggae, con su gorro a lo Bob Marley y su bandera simulando una falda. Al final, Dines, así es como se llamaba, resultó ser el mejor guía que podíamos tener; se metía en primera fila con tal de que viésemos todo desde cerca, conocía a los animales y su comportamiento y no se le canteaba ningún otro conductor; él siempre era el primero en llegar a todo. Gracias a él, su paciencia y el gusto por su trabajo y por complacernos, llegamos a ver el bien más preciado del parque: el LEOPARDO. Y no sólo una vez, sino dos. Fuimos los primeros en verlo y avisar a los demás jeeps. Dines sabía que estaba cerca porque los monos se estaban avisando de que había peligro. Este maravilloso felino nos deleitó con una pasarela en toda regla, además de un posado duradero mientras no podíamos parar de echar fotos y asombrarnos de lo cerca que lo teníamos. Vimos también:

Elefantes y sus crías bañándose en manada, oso, jabalíes y sus crías, cocodrilos, pelícanos, búfalos de agua, marabues, águilas, baranos, pavos reales, ciervos y sus crías, pájaros de todos los colores, esqueletos de animales, termitas, monos, conejos y sus crías...

Cuando ya nos dábamos por satisfechos, Dines nos llevó a una playa espectacular donde disfrutamos del atardecer y de su arena rojiza que cambiaba de color cuando caminabas. Estábamos solos los 4 disfrutando como enanos de la paz, tranquilidad y belleza de aquel lugar.

Para colmo, volviendo hacia Tissamaharama para finalizar el safari, Laura vio a un felino sentado en una roca justo enfrente del Jeep. ¡¡Otra vez el LEOPARDOOOOO!! Esto fue todavía más asombroso por la cercanía y porque había varios animales a los que estaba esperando para cazar y poder cenar un manjar. Esperamos un rato en silencio absoluto y aún lo vimos cruzar por nuestro camino. No parábamos de echarle fotos y sin poder cerrar la boca de lo alucinados que estábamos por lo afortunados que éramos. Manolo se puso tan nervioso de la proximidad del animal (Hay que mantenerse dentro del Jeep para que el animal vea una unidad más grande que él y no algo individual a lo que atacar) que no atinó a echar una sola foto; eso se queda en nuestra memoria. Ha sido un día realmente especial. Tras esto, vuelta a su hotel; Aquí nos separábamos de nuestros amigos con los que había sido todo un placer poder pasar esos últimos días juntos. Ellos se quedaban a pasar la noche allí y nosotras cogíamos un bus hacia nuestro próximo destino. Dines nos acercó a la estación de autobuses de Tissa y cogimos un bus dirección Colombo que nos dejaba en Mirissa (288rps por persona), dónde íbamos a pasar la noche. Casi me dejan en tierra por ir a comprar algún snack para cenar en el autobús; menos mal que la gente que estaba montada era un amor y le dijeron al conductor que me esperase.

Llegamos un poco tarde y otra vez con ayuda de las linternas pudimos encontrar nuestra guesthouse; no fue fácil encontrarla en una noche cerrada y carreteras llenas de agua porque había llovido. Cuando llegamos no había nadie que nos respondiera; Al final salió la chica y nos dio las llaves para poder entrar a descansar. No era, ni por asomo, como estaba en Booking; agua fría, sin sábanas ni mantas, sin papelera tan siquiera... A pesar de eso, una ducha rápida y a dormir (con la que callo esa noche no podíamos hacer otra cosa).


 

Día 10:  Mirissa-Galle (07/08/18)

No madrugamos mucho porque teníamos un día tranquilito. Dejamos las mochilas preparadas para que nos las guardase la mujer del alojamiento. Por la mañana veíamos todo diferente y terminaron siendo muy agradables los dueños de la guesthouse. El tiempo no era muy bueno así que tampoco podíamos seguir el plan que habíamos programado para nuestro día de playa. Nos fuimos a desayunar con tranquilidad y nos pedimos zumo de frutas, tostadas con mermelada y mantequilla, tortilla con salchichas, tomate y café (aguachirri); el sitio estaba a línea de playa y se llamaba "Mirissa bay resort"; todo nos costó 1265rps y con descanso en hamaca incluido. Pero como no, la lluvia nos interrumpió como pasaría a lo largo de todo el día. Seguimos con el paseo y tras hacernos un montón de fotos con la palmera típica de esta playa nos pusimos a tomar el sol en un huequito que quedaba libre (por la marea no por la gente). A los 10min empiezó a llover otra vez y entramos a otro chiringuito a tomar una cerveza, la más típica de Sri Lanka "lion beer". Con la jarra en mano salimos a las hamacas del mismo restaurante y nos relajamos con el airecito y la paz de aquel lugar. Entonces, comienza de nuevo a llover pero bien. Vuelta al chiringuito. El día estaba siendo bastante aburrido en cuanto a ver cositas, aunque nosotras nos montamos la fiesta donde sea y decidimos subir a la montaña (no muy alta) que hay dentro de la playa desde la que se puede disfrutar de unas vistas espectaculares. Tras divisar la otra parte de la playa bajamos y plantamos nuestras toallas para por fin tomar el sol. Vuelta otra tormenta, otra vez sol, oootra

vez tormentaaaa!!así hasta tres veces. Nos refugiamos en un club de surf

porque no conseguimos llegar hasta la otra parte de la playa en la que

había bares; esperamos que pasase y fuimos a hacer unas compras de

alimentación.

La mujer de la casa nos estaba guardando las maletas así que cansadas ya

de tormentas pusimos rumbo a Galle en nuestro transporte favorito de costa, 

el AUTOBÚS. Hicimos diferentes paradas para ver si veíamos algún zancudo

sentado en su palo y pescando (stick fishermen), ya que se suelen poner

al amanecer y al atardecer, cuando el sol no pega tanto. Paramos en

Midigama y luego en Koggala. Si que vimos a alguno desde el autobús

pero nos dimos cuenta de que era más el negocio que la tradición en sí lo

que movía a estos hombres a subirse a sus zancos.

Por fin llegamos a Galle de noche para no variar; sin luz en las calles y

lloviendo como llovía cogimos nuestra súper linterna y echamos a andar

para encontrar nuestro alojamiento. Teníamos esperanzas de que

estuviese mejor que los alojamientos anteriores porque nos habíamos

gastado un poquito más para estar cómodas. Al pasar la puerta del fuerte

de Galle (Galle´s Fort)nos dimos cuenta de que había más ambiente que en

otros pueblos.

Era genial, restaurantes y tiendillas chulis por todo; los restaurantes estaban súper

decorados con muy buen gusto y pasear por las calles de este pueblo era un

placer. El hotel cumplió con las expectativas y sobre todo porque estaba muy pero

que muy céntrico. Por ello, dejamos las mochilas y a explorar. Nos sentamos en el

restaurante “heritage cafe” para cenar comida un poco más occidental ya que estábamos cansadas del arroz, el kottu y el rotti. Pizza y hamburguesa riquísima con un entorno espectacular. Paseo nocturno aprovechando que había mucha luz y ambiente nocturno, ducha caliente y a mimir en nuestra cama con mosquitera al estilo princesa Disney.

IMG_1983

IMG_1983

IMG_2163

IMG_2163

IMG_2026

IMG_2026

IMG_2119

IMG_2119

IMG_2168

IMG_2168

IMG_2164

IMG_2164

IMG_2084

IMG_2084

IMG_2140

IMG_2140

IMG_2184

IMG_2184

IMG_2178

IMG_2178

Día 11: Galle (08/08/18)

Nos despertamos a las 5:30h para ver el amanecer pero había mucha nube y no pudimos ver nada. Aun así aprovechamos para pasear por el fuerte y ver el faro de Galle, sentarnos en la fortaleza y divisar el horizonte. Tras dos tormentas durante nuestro paseo, decidimos ir a desayunar; a las 7:00h no había casi nada abierto así que fuimos al restaurante “Bungalows” y nos pedimos un plato de fruta, un muesli y dos cafés. Tras eso decidimos volver a ir de tienda en tienda refugiándonos de la lluvia; la verdad que no estaban nada mal. Había una tienda en la que todo el dinero recaudado iba destinado a los refugios de animales, pero las cosas eran bastante caras.

Llevamos dos días diciendo que no ha habido otra cosa que lluvia; aun así disfrutamos mucho de Galle, de su gente y de sus calles, de su clima y de su comida, y sobre todo de la tranquilidad que nos transmitió después de tantos días de viaje. Sentimos de verdad que lo habíamos disfrutado; sin duda alguna sería de los destinos que repetiría en caso de que volviese a Sri Lanka.

Con mucha pena cogimos el autobús hacia Hikkaduwa hacia las 12:00h; en 20 min estábamos allí. La "Villa 49" estaba muy cerca de la parada de autobús y de la playa, ya que intentábamos coger los hoteles cerquita de nuestra zona. Este hotel solo nos servia para dejar maletas y ducharnos antes de coger el bus para el aeropuerto. ¡¡Había llegado el último día en Sri Lanka!! 😢 La playa de Hikkaduwa era la más extensa de las que habíamos visto. Había tortugas enormes en una parte y  hombres que te daban algas para darles de comer. Al principio te hace ilusión pero como todo, se vuelve un negocio. Aun así les dimos de comer gustosamente y en ese momento pensábamos que eran las tortugas más bonitas y grandes del mundo, claro que no habíamos estado todavía en Maldivas... Por error le pagamos una cantidad bastante alta a los señores de las algas; fallo mio. Toda la tarde en la playita aprovechando los rayos de sol que no habíamos tenido durante los días anteriores y luego fuimos a cenar kotthu en el Sea shell restaurant”, para despedirnos por fin de este país. Para mi fue el peor de todos los que había probado, pero a Jennifer le encantó. Mochilas a la espalda, a coger el autobús hacia colombo y de colombo al aeropuerto. Fuimos "acojonadas" en el autobús, el conductor era un loco de la vida y nosotras deseando que eso acabase. eso sí, llevábamos una marcheta digna de cualquier discoteca europea.

 

 AHORA VIENE LO MÁS COMPLICADO DEL VIAJE...

Yendo en el autobús decidimos intentar hacer el Check-in online para ir ahorrando tiempo y poder dormir tranquilas en el aeropuerto una vez que llegásemos. ¿Cuál fue mi sorpresa? No nos dejaba hacerlo. Ahí comencé a sospechar que algo iba mal porque no era normal con tan poco tiempo que no nos permitiese realizar ese trámite. Probé si me dejaba hacer solo el de Jennifer y efectivamente había un problema; el de ella se podía hacer y el mio no había manera. Empezamos a sospechar que tenía algo que ver con mi pasaporte porque en el vuelo de ida, en Barcelona. una de las azafatas había hecho un comentario del tipo: "menos mal que sales éste día porque necesitas 6 meses de validez del pasaporte y justo se te pasa en 3 días". En principio no le dimos importancia porque al haber cogido todos los vuelos en pack pensábamos que nos tendría que haber saltado alguna alarma al meter el número del pasaporte. Bueno... que me enrollo mucho, cuando llegamos al aeropuerto fui rápidamente a atención al cliente para ver si me daban alguna indicación. allí me dijeron que no podía hacer nada hasta que no abriese la facturación de nuestra aerolínea; y eso era a las 4:00h de la madrugada tras pasar toda la noche allí. Imaginar nuestra preocupación y nerviosismo sabiendo que igual no podía pasar a Maldivas y ni tan siquiera podía coger el vuelo de vuelta ya que salía desde Malé y no pasaba por Colombo. Bufff, ¡Qué desastre! Esperamos y desesperamos hasta que dio la hora y ahí estabamos las dos clavadas en primera posición para que nos diesen pronto los billetes y poder tranquilizarnos. No fue tan fácil (ya nos habíamos concienciado durante la noche), como era de esperar me pararon y me dijeron que no me podían dar los billetes de embarque porque mi visado no tenía validez para 6 meses. Tras llorar un poquito (de nervios y preocupación) y hablar con todo el personal de la aerolínea, conseguí que me diesen los billetes pero sin asegurarme que me pudiesen parar en cualquier control de inmigración y deportarme. Bueno, el primer paso superado, solo quedaban nada más y nada menos que 4 pasos más. Fuimos pasando los controles poco a poco analizando rigurosamente a los controladores (si parecían simpáticos, si no paraban mucho a los turistas, si no miraban el pasaporte demasiado...) y al final... LLEGADA A MALÉ ENTRE LLOROS, SALTOS DE ALEGRÍA Y ABRAZOS. Teníamos tantos nervios guardados que en ese momento, cuando ya estábamos seguras de que no me podían deportar, lo sacamos todo todito.

Fueron 12 horas de agonía y preocupación. Así que, ¡CUIDADO ANTES DE VIAJAR A OTRO PAÍS, MIRAR LOS REQUISITOS QUE SE NECESITAN Y LA VALIDEZ DEL PASAPORTE!

IMG_2242
IMG_2299
IMG_2308
IMG_2265
IMG_2325
  • White Facebook Icon
Join my mailing list

© 2023 by Going Places. Proudly created with Wix.com

bottom of page