Nos levantamos a las 8:30h para aprovechar el día e ir a la oficina de información y turismo para que nos dijeran qué podíamos ver antes del tener el free tour de las 11:00h. Nos dieron los horarios de estos días de navidad y optamos por no comprar la Copenhaguen card porque no sabíamos lo que nos iba a dar tiempo a hacer. Llegamos a las 10:00h a la plaza del ayuntamiento donde empezaba el free tour y fuimos a desayunar a un “7 eleven” donde nos compramos dos cafés y dos bollos por 65DKK; nos lo tomamos en un banco de la plaza y esperamos a que el tour por la cuidad danesa empezara. El tour fue muy bien explicado y vimos muchas cosas; Rafael (el guía) nos resolvió todas las dudas que nos iban surgiendo durante el recorrido, además de aconsejarnos restaurantes para noche vieja (en la calle principal nombrada en el día anterior) y la manera para celebrarla como los daneses. En este tour paseamos por todas las calles más importantes de la ciudad: la zona de "Nyhavn" (casitas de colores al lado del canal don de hay muchos restaurantes y mil ángulos para echar fotitos), el "Palacio de Christiansborg", el "Palacio Real de Copenhague" y terminando en la parte del río en frente de la "Ópera de Copenhague". Al terminar el tour nos dejo a 1km de la "Estatua de la sirenita" y fuimos hacia allí a la vez que conocíamos a dos parejas, una de Granada y otra de Cádiz, con las que hicimos buenas migas e incluso encargamos en el mismo restaurante para cenar a la noche y despedir el año juntos. En la estatua de la sirenita (un poco retiradita del centro) tomamos fotos y volvimos dirección al hostel para descansar un poco e ir al parque Tivoli. En el parque habíamos quedado con la pareja de Granada a las 16:00h (ya era de noche para esa hora) y estuvimos con ellos viendo y haciendo fotos a todo lo que en el parque había porque la verdad que merecía mucho la pena tener retratado todo lo que veíamos; ¡Qué bonito que era aquello! Compramos unos churros con chocolate caliente en el mismo parque y pasadas las 18:00h salimos del parque para ducharnos y “arreglarnos” para despedir el año.

Desde el hostel se oían todos los petardos por la ciudad y queríamos estar listos rápido para salir a ver todo el ambiente que había por las calles de la capital danesa. Paseando y viendo los fuegos artificiales que los tempraneros empezaban a echar, fuimos hasta el restaurante “Le President” alrededor de las 21:00h. Cenamos de maravilla, mucha variedad de comida, en un entorno propicio para la última noche del año y a 15 min de la plaza principal del ayuntamiento donde iba a terner lugar el espectáculo de noche vieja y su cuenta atrás. Ya nos habían advertido de que esta plaza iba a estar llena de gente y que tuviésemos cuidado con los fuegos artificiales y los petardos; pues bien, tras recibir el año como se merece y hacer algo que ya nos adjudicamos como tradición (comprar dos copas de plástico baratas y una botella de champán para brindar), nos quedamos en la plaza Rådhuspladsen entre empujones por la gente que había, disfrutando de la cantidad de fuegos artificiales que embellecían aún más la torre del ayuntamiento. Cuando los empujones nos empezaron a agobiar decidimos salir y fue un trabajo duro y costoso; cuando ya estábamos tomando el champán tranquilos con unas chicas danesas que habíamos conocido, encendieron un petardo a nuestro lado con tan mala suerte de que me dio en la pierna y me quemó. En ese momento pensé que algo más grave me había pasado y me asusté bastante, pero al final “solo” fueron tres quemaduras leves; aunque me fastidiaron un poco la noche. Decidimos alejarnos del bullicio y fuimos a tomar algo a un bar de copas “Guldsmeden” en frente de nuestro hostel. A las 3:00h de la madrugada nos íbamos a la cama tras otra noche viaja diferente, llena de cultura y de nuevas tradiciones combinadas con las nuestras que nunca se nos olvidan.