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1 DÍA EN FLORENCIA

De Roma a Florencia

Salimos del aeropuerto de Barcelona a las 12:30h con la aerolínea Alitalia para llegar a las 14:00h a Roma (es mejor llegar al aeropuerto de Bolonia pero nosotros combinábamos con Roma y nos salia más barato haciendo este trayecto). Hoy tocaba día de viaje porque nos íbamos directos a Florencia, que lo nuestro no costó. Tras llegar al aeropuerto cogimos el bus de Terravision (14€/persona ida y vuelta) que nos llevaba a la estación de tren principal de Roma (Termini). Cuando llegamos a la estación Termini fuimos en busca del metro (línea B) dirección Rebbibbia para parar en Tiburtina que es donde se encontraba la estación de buses de Roma. Cogimos un ticket de metro que nos valía para 100min y costaba 1,5€. En la estación de autobús los tickets hay que comprarlos en una caseta que se encuentra al principio de la zona. Estaba todo un poco desorganizado y entre que llegamos justas de tiempo porque el metro fue lentísimo y que allí nadie hablaba inglés, por poco perdemos nuestro bus a Florencia. Una vez en el bus, nos esperaban 3 horas y media de viaje separados sin haber comido ni bebido nada desde las 6:00h de la mañana; menudo viajecito.

Llegamos a Florencia (Villa Costanza) y fuimos a por el tranvía (1,5€/persona) dirección Valfonda (14 paradas) ya que era la parada más cercana a nuestro alojamiento; se encontraba a 500m del centro. En 30 minutos estábamos en nuestro alojamiento después de un día duro de viaje (3h de coche-2h de avión-45min de autobús-30min de metro-3h45’ de autobús-30min de tranvía), casi nada.

 

Una vez en Florencia, nos instalamos en el apartamento "San Lorenzo Affittacamere" y salimos a la Plaza del Mercado Central para cenar algo en una de sus Trattorias, en concreto en la “Trattoria Za-Za”; comimos unas pizzas y una pasta deliciosas por un precio asequible (52€/4personas). Como estábamos tan cerquita de la "Catedral de Santa María del Fiore" fuimos a visitarla de noche ya que al día siguiente nos íbamos a ir en el tren de la tarde. Me impresionó bastante. A pesar de que ya me habían dicho que era espectacular, se quedaban cortos; no había visto nada igual de impresionante. Dimos toda la vuelta contemplando su altura y majestuosidad y nos fuimos para nuestra casita porque durante el día nos habíamos agotado del todo con tanta ida y venida.

 

Florencia

Madrugamos un poquito para ir a dejar las maletas en la consigna de la estación de tren “Santa Maria Novella” y acudir también a comprar las entradas para la cúpula de la Catedral (se compran en un lateral de la Catedral, en el Centro de Arte e Cultura en Piazza San Giovanni, 7 y hay que armarse de paciencia para esperar la larga cola que se forma). Nos dividimos 2 (mi padre y yo) y 2 (mi hermana y mi madre) e hicimos las dos cosas al mismo tiempo. La estación quedaba a 10 minutos de nuestro alojamiento y luego teníamos que volver allí para coger el tranvía hacia la estación de autobuses. Hay que decir que esa consigna fue un poquito cara pero era la única que nos aseguraba estar disponible desde las 9:00h de la mañana hasta las 7:00h de la tarde (6€/5horas + 1€/hora extra —>1 maleta). Para cuando volvimos a la plaza, las otras dos habían comprado las entradas de la Cúpula de la Catedral en “La biblioteca” por 20€/persona. Cuando nos juntamos nos fuimos a desayunar a un restaurante que se encontraba en la plaza principal llamado “Buca Nicolonni” (12€/persona más o menos) donde comimos un desayuno continental muy completo para aguantar el día entero; no sabíamos cuando íbamos a tener tiempo para volver a meternos algo en el cuerpo. Una vez desayunados nos fuimos hacia la “Piazza di Madonna degli Aldobrandini” donde habíamos quedado con el FREE TOUR que cogimos con CIVITATIS”. Como casi siempre, el guía fue encantador y nos dio todo tipo de explicaciones acerca de la historia y la cultura de la ciudad; además, nos contó alguna que otra curiosidad muy interesante. Cuando estábamos para terminar nos dio unos consejos gastronómicos y nos dijo diferentes sitios menos turísticos pero con mucho encanto.

Con el Free Tour visitamos:

  1. Catedral de Santa María del Fiore

  2. Cúpula de Brunelleschi

  3. Campanile di Giotto y el Battistero di San Giovanni 

  4. Iglesia de Orsanmichele

  5. Piazza della Signoria

  6. Palazzo Vecchio

  7. Ponte Vecchio

  8. Galleria degli Uffizi

Teníamos cogidas las entradas para entrar a ver la Cúpula de la Basílica a las 12:45h de la mañana y el free tour lo terminamos a las 12:30h así que sin perder tiempo nos fuimos a la entrada lateral de la catedral a esperar la fila y comenzar a subir las 464 escaleras. No es muy apto para personas con claustrofobia o vértigo ya que las escaleras son empinadas y en forma de caracol, lo que marea un poquito. Desde arriba hay unas vistas impresionantes de la ciudad y sobre todo del campanario que tiene al lado (los campanarios se construyen al lado de las iglesias porque no podrían hacerlos tan grandes si los ponían incrustados como pasa en España). Nos costó unos 45min y para las 13:35h horas estábamos fuera. De ahí volvimos a ir a la zona del “Puente Vecchio” para pasear por la orilla disfrutando del solecito, no sin antes comprarnos un helado en la “Chocolatería y Gelateria Venchi”, una de las más famosas de Italia. Pasamos al otro lado del puente entre sus pequeñas joyerías que se encuentran dentro de las casitas colgantes y coloridas que se divisan desde ambos lados del río. Nos dirigimos a la Piazza Pitti para contemplar el "Palacio Pitti"; no perdimos mucho tiempo allí porque sólo teníamos ese día y teníamos otras muchas cosas que ver con más prioridad que aquella. Detrás se encuentran los Jardines Boboli, pero nosotros no los vimos por falta de tiempo, pero el guía nos dijo que eran preciosos.

Por la misma orilla del río subimos hasta la "Piazza Michelangelo" para disfrutar de sus maravillosas vistas. La verdad es que hay que subir una cuesta y unas escaleras un poco empinadas pero el recorrido se hace ameno porque hay mucho turistas paseando tanto para arriba como para abajo. Esta plaza tiene su interés e importancia, además de por sus vistas, porque en ella se encuentra una de las réplicas del “David" de Miguel Ángel. Tuvimos mala suerte y justo en ese momento lo estaba limpiando y le habían colocado un montón de andamios alrededor. No esperaba menos; suelo tener ese tipo de “don” cuando voy a los sitios, siempre hay algo que reparar.

Como todavía no estábamos lo suficientemente cansados, subimos unas cuantas escaleras más hasta llegar a la “Basílica de San Miniato al Monte”, que es del mismo estilo que casi todas las Iglesias florentinas. Merece la pena subir hasta arriba ya que las vistas son más impresionantes si cabe.

Bajamos todo el camino de vuelta y cruzamos por el “Ponte alle Grazie” para callejear por el "Barrio de Santa Crocé" (el barrio de nuestro guía). Cuando llegamos a la "Iglesia Principal de Santa Crocé" vimos que también estaban restaurándola así que nos fuimos enseguida para otro lugar de interés. Lo siguiente en nuestra lista era la “Iglesia di Sant Ambrogio” y nuestra sorpresa fue el mercado navideño que había justo en la plaza con el mismo nombre. Tenía muchas ganas de ver algo navideño y me hizo especial ilusión. Aprovechando que estábamos allí, fuimos a ver la "Gran Sinagoga" que estaba a pocos metros de la plaza, pero para cuando llegamos ya estaba cerrada. Así que la vimos por fuera y nos fuimos rapidísimo en busca de algo para comer porque eran las 5:30h de la tarde y todavía no habíamos comido nada más que el desayuno. Encontramos un restaurante en el centro llamado “La Borsa”; nos pareció muy coqueto y acogedor pero cuando nos sacaron la cuenta se nos quedó una cara de póker… la comida estaba rica pero tampoco pedimos mucho porque teníamos un viaje largo por delante, así que no pensábamos que nos iban a clavar 80€ por comer dos ensaladas, una hamburguesa y unas patatas. Calidad-precio muy mala. Aunque el personal fue muy agradable, no lo recomiendo.

Como teníamos el bus a las 19:25h, tuvimos que correr un poquito para ir a la consigna en la estación de tren y coger nuestro tranvía justo enfrente hacia “Villa Constanza”, donde se encontraba la estación de autobuses de Florencia. El billete de tranvía nos volvió a costar lo mismo, 1,5€/persona. Una vez en la estación tuvimos que esperar un poco porque habíamos ido con 30min de tiempo por si ocurría algo en el viaje; pero tuvimos que esperar una hora y media más porque nuestro “Itabus” se retrasó ese tiempo mientras nosotros nos pasmábamos el loco en la estación sin ningún espacio interior para refúgienos del frío de diciembre.

Una vez en el bus, nos quedaban 3h y media de viaje para llegar a la estación de Roma Tiburtina y de allí coger 2 taxis porque con la pandemia no se podían montar más de dos personas en una taxi; nos salieron a 16€ cada uno. Estábamos muy cansados y necesitábamos llegar al alojamiento lo antes posible. A la 1:00h de la madrugada nos metíamos en la cama para poder descansar del día tan ajetreado que habíamos llevado.

 

Día rápido pero muy, muy productivo y con tiempo suficiente para disfrutar de la belleza de esta ciudad italiana; aunque otro día más no hubiera estado de más.

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